El centenario teatro argentino que fue convertido en una librería


Situada en el Barrio Norte de Buenos Aires, hay una preciosa librería llamada El Ateneo Grand Splendid. Fue construido dentro del teatro Grand Splendid, que abrió en 1919. Después fue transformado en un cine, y finalmente, en el año 2000, fue convertido en esta librería, que da la bienvenida a un millón de visitantes cada año.

El edificio actual fue iniciado en 1917 e inaugurado en mayo de 1919 por el empresario de origen austríaco Mordechai David Glücksman (al que todos conocían como "Max"). Él encargó su construcción con el fin de instalar un cine-teatro sobre los cimientos del que fuera el Teatro Nacional Norte. Al nuevo teatro lo llamó Gran Splendid.

Fue diseñado por los arquitectos Peró y Torres Armengol y construido por los arquitectos Pizoney y Falcope.3 Contaba con cuatro hileras de palcos y una platea con capacidad para 500 personas.

En febrero de 2000 el Grupo Ilhsa firmó un contrato de alquiler hasta el 2010 e invirtió 3 millones de pesos en remodelaciones que estuvieron a cargo del estudio del arquitecto Fernando Manzone.

El local posee 120.000 títulos de libros en stock. Según cifras de 2008 pasaron unas 3.000 visitas por día -medido con un contador electrónico en la puerta de entrada- y se vendieron más de 700.000 libros. Es un punto turístico en los recorridos de la zona sobre todo para los extranjeros.

La librería actual mantuvo el esplendor del desaparecido cine-teatro, con la cúpula pintada, los balcones originales, la ornamentación intacta y hasta el telón de terciopelo. Varios cómodos sillones repartidos permiten sentase a leer cualquier libro sin obligación de compra tanto en lo que fuera el sitio de la platea como en los antiguos palcos, o en lo que fuera el escenario que actualmente se usa restaurante y confitería y posee un piano en el cual se ejecuta música que acompaña la lectura. En el subsuelo las escaleras mecánicas conducen al salón de venta de música y libros para niños. El piso más alto es dedicado a exposiciones. Donde se venden los libros de bolsillo se hallaban las ventanillas para la venta de entradas.